Ya hace un tiempo que está cayendo el mito de que tan sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro, afirmación fácil de desacreditar con los avances tecnológicos de los que disponemos hoy en día, puesto que cuando sometemos a una persona a una prueba de resonancia magnética funcional podemos observar que todas las partes del cerebro muestran algún tipo de activación ya sea realizando alguna tarea cognitiva o en reposo. Además, desde el punto de vista evolutivo aquellas partes del organismo que no son funcionales tienden a su desaparición en las siguientes generaciones y éste, no es el caso de nuestro cerebro.

Lo que sí es cierto es que no podemos utilizar todo nuestro cerebro a la vez, es decir, la totalidad de las neuronas no puedan estar activas simultáneamente. Tan sólo pueden estar activas al mismo tiempo un 2% de nuestras neuronas, esto no quiere decir que el 98% restante no las utilicemos, lo que el cerebro hace es que constantemente va enciendo y apagando un 2% de nuestras neuronas en distintas partes del cerebro, activando en cada caso sólo aquellas que son necesarias para la actividad que estemos llevando a cabo.

Lo que pone de manifiesto este dato es que debemos aprovechar al máximo ese 2% de neuronas que están activas en cada momento y dirigirlas de forma óptima hacia nuestro objetivo. Para ello debemos focalizar la atención únicamente en aquellos estímulos que son realmente relevantes para la acción que queramos llevar a cabo.

Por ejemplo, en el caso de un/a jugador/a de baloncesto, antes de realizar un tiro libre deberá prestar atención a aquellos aspectos que sean importantes para realizar un lanzamiento exitoso, ya sea: buscar un momento de pausa antes de tirar, coger el balón correctamente, botar antes de tirar, realizar correctamente el gesto técnico, etc. Por el contrario, deberá omitir estímulos que no le ayudarán a hacer un tiro correcto, por ejemplo: el murmullo que pueda haber entre el público, pensamientos negativos que puedan aparecer en su mente, comentarios que puedan hacerle el equipo rival… entre otros. Si deja ir su atención hacia este segundo grupo de estímulos, ese 2% de neuronas activas no estará trabajando al máximo, dado que habrá una parte de ellas ocupadas en estímulos irrelevantes que impedirán realizar un lanzamiento perfectamente ejecutado.

¿Qué puedo hacer para optimizar mi rendimiento cerebral?

Para mejorar nuestro rendimiento cerebral podemos trabajar sobre varios factores pero, en este artículo, vamos a hablar específicamente sobre cómo mejorar mi atención, que es el proceso psicológico básico sobre el cual se sustenta cualquier actividad de nuestro cerebro.

Debemos tener en cuenta 2 factores fundamentales para entender nuestra atención:

  • Es limitada y debemos entrenar hacia dónde dirigirla en cada momento.
  • Será de mejor calidad cuando atendamos a una tarea que no a varias simultáneamente. El ritmo de la sociedad actual, cada vez más nos aboca a funcionar en modo multitarea, realizando varias tareas a la vez; la investigación científica está demostrando que este tipo de funcionamiento es contraproducente cuando nos enfrentamos a tareas complejas.

Tips para mejorar mi atención

  • Ser consciente de hacia dónde estoy dirigiendo mi foco atencional. ¿A qué estoy atendiendo? ¿Estoy atendiendo a estímulos que están bajo mi control? o ¿Estoy atendiendo a estímulos ambientales o externos que escapan de mi control? ¿Estoy atendiendo a información relevante?
  • Trabajar sobre mi concentración. Debo mantener mi foco atencional sobre elementos concretos al margen del ambiente y de posibles distractores. Nuestra atención es de máxima calidad los primeros 20’, para progresivamente ir disminuyendo su eficacia. Este es un aspecto que podemos practicar en los entrenamientos, para aprovechar momentos de pausa del juego donde regenerar nuestra capacidad atencional.
  • Regular mi nivel de activación en cada fase del partido o de la ejecución competitiva. Un nivel óptimo de activación ayudará a una mejor ejecución y evitará tanto estados de precipitación como de relajación. Durante los entrenamientos se deberá aprender a identificar su nivel de activación óptimo para cada fase del juego.
  • Por su parte, el equipo técnico, deberá dirigirse al jugador/a intentando ser lo más específico posible para que el deportista identifique sin dilación a que debe atender.

Es altamente recomendable que estos consejos citados anteriormente se entrenen de forma planificada y detallada durante las sesiones de entrenamiento, dado que son complejos y necesitan de una figura especializada para su correcta práctica y aplicación deportiva.

Trabajando sobre los aspectos atencionales conseguiremos:

  • Evitar interferencias personales que alteren la ejecución deportiva.

  • Aprender a gestionar las emociones de forma sana durante la competición.

  • Omitir interferencias externas que puedan afectar negativamente al rendimiento.

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